Nos gustaría tener en nuestro hogar revestimientos de piedra natural ya que se caracteriza por su resistencia y durabilidad y da una toque moderno a cualquier estancia. Pero tenemos que tener muy en cuenta que debemos protegerla para que conserve su tono, textura y color original por lo que os vamos a dar unos consejos para mantener limpia la piedra de manera fácil y sencilla.
Siempre vemos revestimientos en exterior, pero es tendencia utilizarla como parte decorativa en interiores tanto en paredes como en suelos, por lo que hay muchas posibilidades de que se ensucie. Aunque este material nos de la impresión que es muy resistente y tenga poco mantenimiento, la piedra natural es muy delicado ante ciertos agentes químicos por lo que debemos tener mucho cuidado a la hora de limpiarlo, ya que podremos estropear el material.
Antes de nada tenemos que saber que si tu piedra es porosa, los líquidos se filtrarán dentro y a la larga resquebrajarán la piedra y la deterioraran.
Aconsejamos que cuando existan manchas en la piedra, colocar un papel absorbente para eliminar rápidamente el líquido que lo ha ensuciado. Aunque si la mancha es antigua prepara una mezcla de bicarbonato de sodio con detergente líquido (a partes iguales) y enjuaga la piedra con una esponja con agua destilada, de esta forma podrás quitar la mancha con gran facilidad.
Para quietar las manchas de grasa deberemos aplicar una gran cantidad de polvos de talco y dejarla actuar durante unos días, para que absorba la grasa, y después quitar. También podemos sustituir los polvos de talco por bicarbonato de sosa y un poco de agua, lo aplicamos sobre la mancha, lo tapamos y dejamos actuar antes de limpiarlo.
Si nuestra piedra presenta manchas de óxido las limpiaremos con una mezcla de zumo de limón y sal. Debemos dejar poco tiempo de actuación a esta mezcla ya que el ácido del limón puede comerse el brillo de la piedra y estropearla. La aclararemos con abundante agua.
En el caso que las manchas sean de pintura o tinta deberemos limpiarlas con disolventes o decapantes para la pintura pero teniendo muchísimo cuidado de no dañar la piedra. Si las manchas son de tinta, podemos usar agua y lejía, en materiales de colores claros, y acetona en la de colores oscuros.
Os aconsejamos principalmente aplicar capas de cera a este material para que, además de dar brillo, consigáis sellar los poros. ¡Pero cuidado! Si tiene muchas capas de cera, los colores claros pueden dar una apariencia amarillenta.
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